"Cultura como usina, como fábrica de símbolos de un pueblo. Cultura como un conjunto de signos de cada comunidad y de toda la nación. Cultura como el sentido de nuestros actos, la suma de nuestros gestos, el sentido de nuestro modo de vida." [GIL, Gilberto. Discurso de asunción como Ministro de Cultura de Brasil, 2003]

lunes, 21 de junio de 2010

Ojos Rojos, el alma con La Roja

Durante estos días la fiebre mundialera ha contagiado a cada rincón del mundo, un mes donde todo lo que importa es la camiseta que llevas puesta y lo fuerte que gritas por la emoción de un partido, sobre todo si tu país es uno de los que alcanzó boletos a Sudáfrica 2010.

En mi país, Chile, esa fiebre a llegado a niveles bastante notorios, considerando que su selección de fútbol va a un mundial luego de 12 años, siendo el último Francia 98’. Esos 12 años en mí me llevaron de ser una niña a adulta, y si, es mucho tiempo visto de esa forma. Pero no es por el fútbol que nace esta curiosidad de escribir el artículo, porque, personalmente, no me interesa lo suficiente. El motivo nace del fanatismo que veo a mi alrededor, de la gente gritando tanto que incluso los escucho desde mi habitación cuando estoy durmiendo, o las suspensión de actividades laborales y estudiantiles en horarios en que juega la selección nacional -como en el momento que escribo este artículo.- Ciertamente, se genera un fenómeno tan interesante, que llama mi atención más allá del deporte mismo.

Coincidiendo con la llegada de la copa mundial de fútbol, se estrenó en cines hace unos meses el documental “Ojos Rojos”, creación conjunta de tres realizadores, que, durante un proceso de 8 años, siguieron a la Selección chilena de Fútbol, “La Roja”, hasta el final de las clasificatorias actuales, donde obtuvieron el cupo al mundial.

Fue un riesgo, porque ocupar tantos años en dedicación a un solo trabajo, en un país donde vivir del cine no es precisamente rentable, fue una apuesta con todo. Y una apuesta ganada, desde que el documental se ubico entre lo mas visto en la historia del cine chileno, siendo por supuesto, el documental más visto de la historia, en un país donde los documentales están lejos de tener todo ese revuelo mediático.

Quizá fue porque se estrenó a puertas del esperado mundial y la vuelta de Chile a esas canchas, quizá es simple empatía que existe entre el público y el fútbol. Somos un país que se pone la camiseta firme, que apoya con todo a la selección, salvo algunas excepciones. Y eso hace a “Ojos Rojos” tener esa altura de éxito.

Hubo bastantes momentos en que me cuestioné cuan justo era ese éxito, considerando que existen documentales mucho más profundos y con toque social que es bueno difundir, pero que quizá por no tener un tema de fondo tan popular como este, son pasados de largo. Y luego pienso, que siendo el fútbol un fenómeno que mueve a las masas, que general toda esta expectación en sus días de partidos importantes, es después de todo un reflejo de sociedad, de cómo en un país la gente se agrupa frente a un televisor y expresa su devoción a una victoria, a una esperanza de estar compitiendo por la copa del mundo luego de 12 años fuera, y que las imágenes presenten esa sensación frustrada en las otras dos clasificatorias, solo para aliñar aun más el gusto de saberse ahora, detrás de una pelota en el continente africano.

Rocío Sandoval Vinés

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